Lo que no consiga la política, que lo haga el fútbol
Ante la incansable oleada de partidos del deporte rey, a la que tenemos que sumergirnos ante su eterna hegemonía, aunque con algunas importantes distinciones, el fútbol quizá pueda alejar nuestras miradas de los aspectos políticos y contribuir al entendimiento entre pueblos. Irán, duramente criticada e incluso acorralada por Occidente por sus continuas reivindicaciones de seguir con el enriquecimiento de uranio, casualmente ha sido invitado a Alemania para presenciar los partidos de su equipo. Mientras, EE.UU. estará presente. Aunque tampoco creo que Bush junior le interese demasiado este deporte. El suyo es, más bien, el levantamiento de armas y las absurdas posturas bélicas.
Pero el fútbol, ese deporte que arrastra a la masa inconsciente, puede ayudar a solucionar muchos problemas. De hecho, catalanes, vascos, gallegos, andaluces y quien quiera animarán con fervor casi religioso a la Selección Española. Aquí no habrá distinciones ideológicas y todos nos reconfortaremos de presenciar el ondeo de las banderas españolas. Serán momentos en los que, por un instante, nos olvidemos y nos alejaremos de las soflamas mediáticas que, lamentablemente, hacen aumentar la crispación.
¿Creen que el fútbol es pacífico? Es el paradigma de la contrariedad. La gran potencia mundial, al menos en el plano político, EE.UU. es una modesta selección dentro de la hegemonía de los brasileños, un país con un alto índice de marginalidad y pobreza que reúne a los mejores jugadores del planeta. Aquí la posición que ocupan en la escala económica no tiene nada que ver. De hecho, este se está convirtiendo en un campeonato en el que el axioma de países inferiores no se está viendo refrendando con los resultados.
Imagínense un partido de fútbol en el que se alineen todos los primeros ministros y presidentes de los principales países del mundo que sirva para solucionar los conflictos. Sería verdaderamente increíble. Habría que ver a la canciller Merkel vestida de corto, a Tony Blair driblando al iraní Mahmud Ahmadineyad o al mismísimo José Luis Rodríguez Zapatero intentándosela meter al señor Bush. Siempre en el plano deportivo. Sin embargo, ya se ha sufrido alguna que otra amenaza y, desgraciadamente, se está politizando el deporte. Es lamentable. De hecho, Zapatero ya se ha posicionado. El hombre de la suerte, como algunos ya le llaman, ha dicho que España vencerá a Ucrania por dos goles a cero. Como sea verdad...
Pero el fútbol, ese deporte que arrastra a la masa inconsciente, puede ayudar a solucionar muchos problemas. De hecho, catalanes, vascos, gallegos, andaluces y quien quiera animarán con fervor casi religioso a la Selección Española. Aquí no habrá distinciones ideológicas y todos nos reconfortaremos de presenciar el ondeo de las banderas españolas. Serán momentos en los que, por un instante, nos olvidemos y nos alejaremos de las soflamas mediáticas que, lamentablemente, hacen aumentar la crispación.
¿Creen que el fútbol es pacífico? Es el paradigma de la contrariedad. La gran potencia mundial, al menos en el plano político, EE.UU. es una modesta selección dentro de la hegemonía de los brasileños, un país con un alto índice de marginalidad y pobreza que reúne a los mejores jugadores del planeta. Aquí la posición que ocupan en la escala económica no tiene nada que ver. De hecho, este se está convirtiendo en un campeonato en el que el axioma de países inferiores no se está viendo refrendando con los resultados.
Imagínense un partido de fútbol en el que se alineen todos los primeros ministros y presidentes de los principales países del mundo que sirva para solucionar los conflictos. Sería verdaderamente increíble. Habría que ver a la canciller Merkel vestida de corto, a Tony Blair driblando al iraní Mahmud Ahmadineyad o al mismísimo José Luis Rodríguez Zapatero intentándosela meter al señor Bush. Siempre en el plano deportivo. Sin embargo, ya se ha sufrido alguna que otra amenaza y, desgraciadamente, se está politizando el deporte. Es lamentable. De hecho, Zapatero ya se ha posicionado. El hombre de la suerte, como algunos ya le llaman, ha dicho que España vencerá a Ucrania por dos goles a cero. Como sea verdad...
Quizá sea por los días que corren o que la prensa no deja ver nada más allá de este fatuo deporte, pero lo cierto es que el presidente del Gobierno está más sensible que nunca porque tanto él como el líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, parecen dispuestos a encontrarse, pero mantienen puntos de vista muy distintos, a veces opuestos, sobre el proceso de paz vasco. Después de escuchar las disculpas de José Blanco, algo inaudito en política, parece que los dos partidos mayoritarios sí podrán jugar en el mismo equipo. Por lo pronto, Zapatero ya ha ofrecido que intentará mantener una comunicación diaria con Rajoy. A ver si aguantan antes de que España caiga en cuartos.
José M. Sánchez "Daze"
MELODÍAS MOVEDIZAS/Mägo de Oz abrió su catedral gótica
1 Comments:
Y sí... de acuerdo que futbol se lleva los titulares... pero hay que ver más allá... Cómo dejar pasar la actualidad política... o los suicidios en Guantanamo, que ver el futbol no nos impida ver otras cosas... Lo del partido de los ministros, me encantó... Tambien me acordó a alguna frase que hiciera un gobernante en la India sobre la Globalización y quizás vuelva por acá dejar la frase. Saluditos mundialistas
By Unknown, at 6/12/2006 05:44:00 p. m.
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