Punta Cana travel (y II)
La vuelta siempre se hace eterna. Los viajes son como los libros, se inician con incertidumbre y se finalizan con nostalgia. Los recuerdos se van disipando pero uno hace el esfuerzo por sentir de nuevo aquellos sentimientos para regurgitarlos constantemente. Pero no es igual. Las personas de Punta Cana es un gran rincón repleto de las maravillas del Caribe. Tierra de exuberantes montañas y verdes campos, incluso Cristóbal Colón la calificó como la tierra más bella que los ojos humanos pueden llegar a alcanzar.
La principal manifestación cultural de la República Dominicana es la música, en sus dos géneros por antonomasia: el merengue y la bachata, cuyos sonidos envuelven todo los rincones escuchándose a todas horas. El primero tiene reminiscencias mestizas y nació en el siglo XIX en los arrabales. Desde el primer momento fue tachada de excesivamente sexual. Sólo hace falta ver cómo la bailan allí para comprobar que la lujuria y pasión no tiene freno alguno. Es como ver un largo y caliente videoclip.
El caso es que hace tan sólo treinta años, la bahía de Punta Cana era simplemente tierra salvaje. Actualmente, es uno de los destinos con mayor crecimiento de todo el Caribe. La balanza no siempre está compensada y se desequilibra en esta zona en la que la urbanización constante aleja al turista de la verdadera esencia de la ciudad. La ley impide interrumpir las playas como espectáculo de la naturaleza y obliga a construir los complejos a partir de los sesenta metros. Poco espacio para tanta inmensidad.
En lo que se refiere a la gastronomía, la cocina típica es una mezcla taína, africana y, sobre todo, española, aunque decir cabe que la utilización de muchas especias y aceites difieren en cierto modo de la nuestra. Sus principales recursos económicos son el azúcar de caña, el café y cacao, los plátanos, ganado vacuno, oro y, sobre todo, el turismo que es continuo durante todo el año.
Los hoteles están protegidos por lo que ellos denominan como “guachimán”, nuestro típico “segurata” pero en esta ocasión soportan el peso de una escopeta recortada. Ya nos contaron que se los delincuentes y ajenos al complejo saltan por las noches. Una de las cosas que me llamó la atención fueron los “motoconchos” (MOTO CON CHOfer, el juego de palabras es impresionante), una especie de taxis-moto en el que se suben incluso cinco personas. Por supuesto el casco no parece que sea demasiado obligatorio.
Sin duda es otra forma de vivir la vida, alejada del malhumor y crispación de Occidente. El caso es que nada mas llegar a España comenzamos a sentir un estrés, quizá producto de nuestras reservas acumuladas durante el viaje. Parece que no hemos aprendido nada y volvemos siempre a lo mismo. Quizá lo necesitemos.
Allí cada 16 de mayo son elecciones. Y casualmente coincidimos con las municipales y legislativas. Durante el trayecto de vuela al aeropuerto pudimos ver lo que pudimos deducir como “colegio electoral”. Una pequeña urna encima de una mesa dentro de una estrecha zona cubierta con un techado de hojas de palmera es suficiente. Por todos los rincones, publicidad de los candidatos. Es brutal. No tienen absolutamente nada que ver con los españoles. La abstención es exageradamente grande. Pocos son los que van a votar. No existe preocupación. El único diario que encontré es Listin Diario, que ya hablaremos algún día de los formatos y estilos periodísticos latinoamericanos. Los resultados electorales han cambiado el mapa político del país. Ahora, el PLD, partido gubernamental conocido como partido morado, ha incrementado su poder, pese a que, por primera vez, las dos principales fuerzas de la oposición se presentaron en alianza. El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Reformista Social Cristiano (PRSC) conformaron la Gran Alianza Nacional, y confeccionaron candidaturas conjuntas en la mayoría de las provincias y municipios. Los partidos no se conocen por sus ideología cercana a la derecha o izquierda, si no por los colores rojo, azul, morado, blanco y negro.
La vuelta es poco saludable por el gran cansancio que acumulamos. Los pies hinchados por el largo trayecto (9 horas desde España). Todos los viajeros hacen lo mismo. No dejan de mirarse el broceado, de contrastarlo con las personas que conocieron en el viaje de ida, lo cual es curioso porque a sólo unos pocos sí se les nota que han estado en la playa porque levantarse y acostarse con medio quilo de crema protectora todos los días ha creado una pantalla invisible que impide que nos pongamos lo morenos que nos hubiera gustado. Aún así, a la mayoría sí han cogido un cierto color, aunque para decir que el moreno caribeño es distinto, quizá no sea para tanto, porque han sido tan sólo unos días.
Y qué decir de las trencitas que muchas chicas llevan puestas. Lo cierto es que a muchas chicas les queda genial pero ha sido una obsesión querer traerse tantas cosas de allí cuando lo que en realidad no perece con el tiempo son los recuerdos intensos. Y créanme, ha habido muchos. Todos desean volver pese a haber sufrido problemas gástricos tales como diarrea o vómitos. Allí deben tener unos estómagos mas fuertes que nosotros porque la gran mayoría ha tenido pequeños problemas. Los regalos siempre alegran a todos y los timbales, propios de la cultura africana, sigue haciendo amigos como Mayoral porque siempre se nos acerca el típico listillo para decirnos que él lo ha sacado más barato o que sabe tocarlo mejor. Dejémosle que se siente un rato en su pedestal.
La principal manifestación cultural de la República Dominicana es la música, en sus dos géneros por antonomasia: el merengue y la bachata, cuyos sonidos envuelven todo los rincones escuchándose a todas horas. El primero tiene reminiscencias mestizas y nació en el siglo XIX en los arrabales. Desde el primer momento fue tachada de excesivamente sexual. Sólo hace falta ver cómo la bailan allí para comprobar que la lujuria y pasión no tiene freno alguno. Es como ver un largo y caliente videoclip.
El caso es que hace tan sólo treinta años, la bahía de Punta Cana era simplemente tierra salvaje. Actualmente, es uno de los destinos con mayor crecimiento de todo el Caribe. La balanza no siempre está compensada y se desequilibra en esta zona en la que la urbanización constante aleja al turista de la verdadera esencia de la ciudad. La ley impide interrumpir las playas como espectáculo de la naturaleza y obliga a construir los complejos a partir de los sesenta metros. Poco espacio para tanta inmensidad.
En lo que se refiere a la gastronomía, la cocina típica es una mezcla taína, africana y, sobre todo, española, aunque decir cabe que la utilización de muchas especias y aceites difieren en cierto modo de la nuestra. Sus principales recursos económicos son el azúcar de caña, el café y cacao, los plátanos, ganado vacuno, oro y, sobre todo, el turismo que es continuo durante todo el año.
Los hoteles están protegidos por lo que ellos denominan como “guachimán”, nuestro típico “segurata” pero en esta ocasión soportan el peso de una escopeta recortada. Ya nos contaron que se los delincuentes y ajenos al complejo saltan por las noches. Una de las cosas que me llamó la atención fueron los “motoconchos” (MOTO CON CHOfer, el juego de palabras es impresionante), una especie de taxis-moto en el que se suben incluso cinco personas. Por supuesto el casco no parece que sea demasiado obligatorio.
Sin duda es otra forma de vivir la vida, alejada del malhumor y crispación de Occidente. El caso es que nada mas llegar a España comenzamos a sentir un estrés, quizá producto de nuestras reservas acumuladas durante el viaje. Parece que no hemos aprendido nada y volvemos siempre a lo mismo. Quizá lo necesitemos.
Allí cada 16 de mayo son elecciones. Y casualmente coincidimos con las municipales y legislativas. Durante el trayecto de vuela al aeropuerto pudimos ver lo que pudimos deducir como “colegio electoral”. Una pequeña urna encima de una mesa dentro de una estrecha zona cubierta con un techado de hojas de palmera es suficiente. Por todos los rincones, publicidad de los candidatos. Es brutal. No tienen absolutamente nada que ver con los españoles. La abstención es exageradamente grande. Pocos son los que van a votar. No existe preocupación. El único diario que encontré es Listin Diario, que ya hablaremos algún día de los formatos y estilos periodísticos latinoamericanos. Los resultados electorales han cambiado el mapa político del país. Ahora, el PLD, partido gubernamental conocido como partido morado, ha incrementado su poder, pese a que, por primera vez, las dos principales fuerzas de la oposición se presentaron en alianza. El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Reformista Social Cristiano (PRSC) conformaron la Gran Alianza Nacional, y confeccionaron candidaturas conjuntas en la mayoría de las provincias y municipios. Los partidos no se conocen por sus ideología cercana a la derecha o izquierda, si no por los colores rojo, azul, morado, blanco y negro.
La vuelta es poco saludable por el gran cansancio que acumulamos. Los pies hinchados por el largo trayecto (9 horas desde España). Todos los viajeros hacen lo mismo. No dejan de mirarse el broceado, de contrastarlo con las personas que conocieron en el viaje de ida, lo cual es curioso porque a sólo unos pocos sí se les nota que han estado en la playa porque levantarse y acostarse con medio quilo de crema protectora todos los días ha creado una pantalla invisible que impide que nos pongamos lo morenos que nos hubiera gustado. Aún así, a la mayoría sí han cogido un cierto color, aunque para decir que el moreno caribeño es distinto, quizá no sea para tanto, porque han sido tan sólo unos días.
Y qué decir de las trencitas que muchas chicas llevan puestas. Lo cierto es que a muchas chicas les queda genial pero ha sido una obsesión querer traerse tantas cosas de allí cuando lo que en realidad no perece con el tiempo son los recuerdos intensos. Y créanme, ha habido muchos. Todos desean volver pese a haber sufrido problemas gástricos tales como diarrea o vómitos. Allí deben tener unos estómagos mas fuertes que nosotros porque la gran mayoría ha tenido pequeños problemas. Los regalos siempre alegran a todos y los timbales, propios de la cultura africana, sigue haciendo amigos como Mayoral porque siempre se nos acerca el típico listillo para decirnos que él lo ha sacado más barato o que sabe tocarlo mejor. Dejémosle que se siente un rato en su pedestal.
Viajar, quizá, es desear volver a casa. Aquello permanecerá inamovible. Nosotros hemos ido a saciarnos y a extraer todo el jugo posible. El dinero es mucho más barato allí y, por ello, nos aprovechamos. Trabajan para el turismo y lo disfrutan. Nos hacen reír y amar su tierra. Y lo consiguen. Pero, como todo viaje, siempre tiene un final, al que esperas con gran ilusión y una cierta desesperación. Pero sin duda, Punta Cana es una ciudad que hay que quererla despacio porque si no puede contigo.
José M. Sánchez "Daze"
7 Comments:
Punta Cana debe ser el paraíso, así me lo imagino por su gente y por sus paisajes. Viajando se aprende todo, o casi todo.
By Fran Invernoz, at 5/18/2006 06:11:00 p. m.
Y me ha gustado este post por las imágenes... La imagen del electorado... Ahora quizás tenés mucho descendiente conquistador, Españoles conquistando América jijiji. No lo pude evitar. Aún así, la visión del turista, del extranjero es como extraña. Llegar a un lugar y no estar. Es como no estar en ningún lado. Por eso se descansa. Uno se quita la carga momentánea de pertenecer. Igual le comento que mi tierra es muy bonita... Usted sabe, la agencia de viajes me puede dar comisiones.
Y qué bueno tenerte de regreso... a 8,000 kms de distancia.
By Unknown, at 5/18/2006 08:06:00 p. m.
Qué morro tienen algunos ;)
By Gavilan, at 5/18/2006 09:28:00 p. m.
Vaya días que nos hemos pegado todos juntos!! me llevo muy buen recuerdo del viaje a todos los niveles. Ha sido una fuerte y grata convivencia!!
Saludos
(Ojala en un futuro, cercano, podamos repetirlo)
By P.C., at 5/19/2006 12:46:00 p. m.
Wow!!! que imagenes!!!!Me iría de cabeza ahora mismo a esa agua tan turquesa...
Besos
By இலை Bohemia இலை, at 5/19/2006 08:17:00 p. m.
Tío, no puedo quitarme la República Dominicana de la cabeza. Todavía tengo el ritmo metido metido en el cuerpo y una sensación de relax que hacía tiempo que no sentía. Jeje, el viaje nos ha cambiado, eh? Al menos yo veo la vida de otra forma.
Un saludo, y gracias por ser tan grande, como el que más!!
By Mario Toledo, at 5/19/2006 11:49:00 p. m.
Me gusta eso que dices: Viajar, quizás, es desear volver a casa... También me gusta cuando hablas de la nostalgia que genera el acabar un viaje. Viajar es algo tan pasional como el amor, incluso muchas veces se mezcla, porque te enamoras de lo lejano, de lo exóxito, lo diferente, pero si te quedras allí seguramente la cosa cambiaría. Un saludo.
By Manu Espada, at 5/21/2006 07:49:00 p. m.
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