Benedicto XVI, estrella del rock
Todos han querido perpetuar su estancia en Valencia con fotos y vídeos. Las cámaras de Canal-9 han acompañado durante todo el santo día al Papa Benedicto XVI. Luces, cámaras y acción. La televisión autonómica valenciana ha hecho su agosto. Sus cámaras han recogido prácticamente la totalidad de las imágenes que han emitido el resto de cadenas. Pueden estar satisfecho, pese a algunos problemas de audio. Pero cubrir este acontecimiento es muy complicado. Se requiere de muchos técnicos, de una larga lista de periodistas y de unos realizadores dispuestos a no distraerse en ningún momento. Cualquier situación podía ser una buena y acabar en una curiosa toma, alejada de el recorrido previsto que, por otro lado, ha sido de lo más aburrido que he visto nunca.
Es una visita histórica y nadie quería perderse este momento. Se ha vivido con mucha intensidad. Queda la imagen de los peregrinos y feligreses entonando vítores, enarbolando banderitas con su nombre y cantando canciones adorando al Pontífice como si de una estrella de rock de tratase. Y vestido con un atuendo del siglo XVII. Y es que a veces el fervor hacia una persona es incomparable. Yo, que nunca he sido demasiado mitómano, debo reconocer que he estado pendiente de las incombustibles noticias que han surgido entorno a este evento internacional.
Por donde ha pasado todo eran halagos, reverencias y saludos majestuosos. Y todos los asistentes, con lágrimas en los ojos. Es el hombre que representa a Dios en la Tierra. Que continúa con la saga que inició San Pedro. Un larga trayectoria. Demasiada inconsciencia, pues es una persona de carne y hueso. Toda la escenografía que le rodea le convierte en el centro de atención de todas las miradas. Le alza, sin duda, a los altares del firmamento.
Es toda una estrella, pues sus gestos eran aplaudidos con fuerza. ¿Se merece tanto un ser humano? El caso es que Decenas de miles de personas se han dado cita en Valencia para agasajar al Papa durante su visita a la ciudad. Ni en los tiempos de The Beatles se recuerda algo parecido. Pero que quede bien claro que, repito, no soy mitómano y, pese a que la música es una de mis pasiones, jamás me he emocionado por conocer a alguno de mis ídolos. Es que he sentido incluso vergüenza de ver a tanta gente llorando. Nadie se merece tantos regalos, tanta gloria, tanta atención.
Es una visita calificada de “histórica”. De esas que se recordarán por muchos años. Y no sólo porque la televisión autonómica valenciana haya dedicado todo el santo día a mostrar absolutamente todo el programa previsto por el Vaticano. Pero el Papa Benedicto XVI venía a una cosa. Ha llegado a España con el firme propósito de defender el papel de la “familia fundada en el matrimonio”, una institución que parece devaluarse con la aprobación de la Ley de matrimonios homosexuales. ¿Realmente la familia está en crisis? Siempre ha existido desestructuración familiar, aunque producto de diversos factores que sí que afectan al seno familiar.
Como era de esperar, el Presidente del Gobierno ha sido recibido de abucheos. Y no me extraña, pues la derecha de este país se ha encargado de lanzar el vil mensaje en contra de sus agnósticas ideas. ¿Ateo? ¿No se casó por la Iglesia? ¿Sus hijas no recibieron la señal cristiana de la comunión? Quizá demasiada hipocresía por parte de Zapatero, quien ha sido protocolario pero no ha hecho la reverencia esperada como marca la tradición. La reunión que han mantenido no ha habido reproches. Y voy yo y me lo creo. El Papa seguro que le ha echado en cara sus posturas en contra de le religión y las últimas leyes aprobadas por el Parlamento. Sin duda, una charla tensa que querrá desterrar de su memoria. Lo ha pasado mal, sin lugar a dudas. Ha estado nervioso y no ha articulado sus argumentaciones correctamente. Algo que es difícil de entender es que el propio Zapatero no acuda a la misa prevista para el domingo. Lo considero de muy mala educación, puesto que él es el representante de todos los españoles y, cuando viaja lejos de las fronteras españolas, su imagen y su actitud se relaciona con el resto de ciudadanos. Debería tragarse su ego y sus ideas. Se podrá estar de acuerdo o no, pero un gesto protocolario debería nacer de este presidente que desea tanto la libertad.
EL CAOS en la blog zone de Periodista Digital
Es una visita histórica y nadie quería perderse este momento. Se ha vivido con mucha intensidad. Queda la imagen de los peregrinos y feligreses entonando vítores, enarbolando banderitas con su nombre y cantando canciones adorando al Pontífice como si de una estrella de rock de tratase. Y vestido con un atuendo del siglo XVII. Y es que a veces el fervor hacia una persona es incomparable. Yo, que nunca he sido demasiado mitómano, debo reconocer que he estado pendiente de las incombustibles noticias que han surgido entorno a este evento internacional.
Por donde ha pasado todo eran halagos, reverencias y saludos majestuosos. Y todos los asistentes, con lágrimas en los ojos. Es el hombre que representa a Dios en la Tierra. Que continúa con la saga que inició San Pedro. Un larga trayectoria. Demasiada inconsciencia, pues es una persona de carne y hueso. Toda la escenografía que le rodea le convierte en el centro de atención de todas las miradas. Le alza, sin duda, a los altares del firmamento.
Es toda una estrella, pues sus gestos eran aplaudidos con fuerza. ¿Se merece tanto un ser humano? El caso es que Decenas de miles de personas se han dado cita en Valencia para agasajar al Papa durante su visita a la ciudad. Ni en los tiempos de The Beatles se recuerda algo parecido. Pero que quede bien claro que, repito, no soy mitómano y, pese a que la música es una de mis pasiones, jamás me he emocionado por conocer a alguno de mis ídolos. Es que he sentido incluso vergüenza de ver a tanta gente llorando. Nadie se merece tantos regalos, tanta gloria, tanta atención.
Es una visita calificada de “histórica”. De esas que se recordarán por muchos años. Y no sólo porque la televisión autonómica valenciana haya dedicado todo el santo día a mostrar absolutamente todo el programa previsto por el Vaticano. Pero el Papa Benedicto XVI venía a una cosa. Ha llegado a España con el firme propósito de defender el papel de la “familia fundada en el matrimonio”, una institución que parece devaluarse con la aprobación de la Ley de matrimonios homosexuales. ¿Realmente la familia está en crisis? Siempre ha existido desestructuración familiar, aunque producto de diversos factores que sí que afectan al seno familiar.
Como era de esperar, el Presidente del Gobierno ha sido recibido de abucheos. Y no me extraña, pues la derecha de este país se ha encargado de lanzar el vil mensaje en contra de sus agnósticas ideas. ¿Ateo? ¿No se casó por la Iglesia? ¿Sus hijas no recibieron la señal cristiana de la comunión? Quizá demasiada hipocresía por parte de Zapatero, quien ha sido protocolario pero no ha hecho la reverencia esperada como marca la tradición. La reunión que han mantenido no ha habido reproches. Y voy yo y me lo creo. El Papa seguro que le ha echado en cara sus posturas en contra de le religión y las últimas leyes aprobadas por el Parlamento. Sin duda, una charla tensa que querrá desterrar de su memoria. Lo ha pasado mal, sin lugar a dudas. Ha estado nervioso y no ha articulado sus argumentaciones correctamente. Algo que es difícil de entender es que el propio Zapatero no acuda a la misa prevista para el domingo. Lo considero de muy mala educación, puesto que él es el representante de todos los españoles y, cuando viaja lejos de las fronteras españolas, su imagen y su actitud se relaciona con el resto de ciudadanos. Debería tragarse su ego y sus ideas. Se podrá estar de acuerdo o no, pero un gesto protocolario debería nacer de este presidente que desea tanto la libertad.
EL CAOS en la blog zone de Periodista Digital
José M. Sánchez "Daze"
1 Comments:
1. ¿Donde preferís que te comente?
2. Lo de mitómano... me encantó.
3. Te he dicho de este "tonito" que me gusta?
4. Saluditos :), señor periodista.
By Unknown, at 7/11/2006 07:12:00 a. m.
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