el CAOS

La otra cara de la moneda


En la España franquista había una absoluta ausencia de la libertad y del derecho de expresión. Había dos tipos de periodistas: los beneficiados por el sistema y los que tenían que escribir entre líneas para que la censura implantada en aquellos entonces no se cebara con ellos. En aquella época, solo unos pocos sabían lo que se cocinaba hacia los adentros del Palacio de El Pardo y, por ende, lo que pasaba en aquel país alejado de la modernidad.

La dictadura de Franco fue una línea continúa durante los cuarenta años que pasó por encima de la sociedad; y digo que pasó por encima porque arrastró todo a su paso entre los cuatro puntos cardinales. En realidad, hubo altibajos y momentos en los que la pérdida de control del sistema dejó resquicios para buscar alguna salida para expresarse libremente.¿Quién podría ejercer un periodismo serio, riguroso y crítico? Impensable en aquellos momentos. Los días anteriores a la muerte del dictador fueron días de una enorme tensión política en los que la pregunta estaba en saber qué iba a pasar en un régimen que casi todo el mundo sabía que no podía continuar sin su fundador.

Según constatan los que sí vivieron la última etapa del franquismo recuerdan que eran días de prudencia y, sobre todo, miedo. Pese a existir un importante vacío político ya que la vida del Caudillo se agotaba, el Régimen ejerció una censura aún más férrea en esos días. Sin embargo, todas las informaciones que le llegaban a los ciudadanos de a pie eran rumores. A la figura de Franco no se la podía tocar. No sólo durante el régimen, sino también en los días que siguieron a la muerte del generalísimo. La mayor preocupación era sobre lo que podía ocurrir después de su muerte.

Franco tuvo una larga agonía que, al margen de entrar a discutir si se le alargó la vida o no, fue inútil. ¿Para qué intentar mantener en vida a un dictador que ya no servía para nada?

Pese a todo, el síndrome de Franco duró después de muerto, el temor a la represalias estaba latente todavía. En ese momento, existía ya una crítica hacia el Régimen. Lo único que se difundía en los medios de comunicación eran rumores. El rumor fue el alimento cotidiano en los últimos días. Pese a todo, la desinformación fue la tónica habitual y el goteo informativo se convertía en un terrible peligro para las mentes fieles al Régimen. Pese a robar la libertad a miles de españoles, Franco logró crear en torno a su figura un aureola de fieles seguidores. Los nostálgicos del franquismo le recuerdan como un salvador. Tal vez se olviden de que todas las monedas tienen dos caras, y una no siempre es buena.
José M. Sánchez "Daze"

1 Comments:

  • El rey jugó un papel muy importante para el cambio de Régimen. Solo le has nombrado al final y de pasada. Deberías de reconsiderar tu postura al respecto.

    By Anonymous Anónimo, at 11/27/2005 01:36:00 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home