Un mal llamado accidente
“¿Cree que va a morir en la carretera?” Con esta frase de inició la última campaña de concienciación que la Dirección General de Tráfico para tratar de reducir el número de fallecidos en accidentes de tráfico, una lacra absurda que asola a España y que parece difícilmente erradicable desde los métodos actuales. Parece una plaga que llevamos todos dentro y que sobresale en los medios de comunicación gracias a su peculiar voz de alarma. En vez de concienciar, asustan.
Los 108 fallecidos en este periodo vacacional contrasta duramente con los 105 registrados el año pasado en el mismo periodo de tiempo. La tendencia a la baja de los últimos años se ha visto empañada por esta cifra. El parque de automóviles ha crecido. Pero algo hay que tener en cuenta. Las muertes en carretera se ocasionan diariamente y por diversas consecuencias.
Es un error calificar a todos los accidentes por igual, porque muchos accidentes se producen por errores humanos, por despistes al volante, otros por un incorrecto manejo del volante, por la imprudencia de ineptos conductores que pierden la noción de la realidad, por velocidad excesiva. De hecho, el 48% de los muertos en accidente de coche esta Semana Santa no llevaba el cinturón.
Pero, sobre todo, muchos choques vienen por una falta de infraestructuras de calidad, producto de la dejadez en las funciones del Ministerio de Fomento, organismo encargado de velar por la seguridad de nuestras carreteras. Los baches se suceden en multitud de tramos viales, los peraltes, la mala señalización. Los carriles individuales para ambos sentidos en carreteras convencionales causan multitud de muertos anualmente, y nadie se para a pensar de sus tristes consecuencias.
Nos ponen radares en las autovías y autopistas, los espacios más seguros de nuestra red vial, pero ¿por qué no exigimos más seguridad en las carreteras convencionales y tramos periféricos de las ciudades? Para un país como España, en el que sus habitantes nos creemos que nos encontramos en la cresta de la ola de la vanguardia, un problema como éste desborda nuestra conciencia. En ningún otro país de Europa sucede lo mismo. Parece que todos son mucho más civilizados. ¿En qué otro país se habla tanto de este tema?
Por si fuera poco, la gran permisividad de algunos jueces hacen que a los conductores ebrios maten a personas se les evite colgarle la etiqueta de “delincuente” y puedan estar en la calle al día siguiente, ya que el alcohol se considera un eximente de delitos. Sin duda, habría que evitar que personas que ingirieran sustancias tóxicas pudieran estar a las manos de un volante, como le sucedió a Helena Castillo Zapata, muerta hace justamente un año en estas circunstancias. Impensable.
Los 108 fallecidos en este periodo vacacional contrasta duramente con los 105 registrados el año pasado en el mismo periodo de tiempo. La tendencia a la baja de los últimos años se ha visto empañada por esta cifra. El parque de automóviles ha crecido. Pero algo hay que tener en cuenta. Las muertes en carretera se ocasionan diariamente y por diversas consecuencias.
Es un error calificar a todos los accidentes por igual, porque muchos accidentes se producen por errores humanos, por despistes al volante, otros por un incorrecto manejo del volante, por la imprudencia de ineptos conductores que pierden la noción de la realidad, por velocidad excesiva. De hecho, el 48% de los muertos en accidente de coche esta Semana Santa no llevaba el cinturón.
Pero, sobre todo, muchos choques vienen por una falta de infraestructuras de calidad, producto de la dejadez en las funciones del Ministerio de Fomento, organismo encargado de velar por la seguridad de nuestras carreteras. Los baches se suceden en multitud de tramos viales, los peraltes, la mala señalización. Los carriles individuales para ambos sentidos en carreteras convencionales causan multitud de muertos anualmente, y nadie se para a pensar de sus tristes consecuencias.
Nos ponen radares en las autovías y autopistas, los espacios más seguros de nuestra red vial, pero ¿por qué no exigimos más seguridad en las carreteras convencionales y tramos periféricos de las ciudades? Para un país como España, en el que sus habitantes nos creemos que nos encontramos en la cresta de la ola de la vanguardia, un problema como éste desborda nuestra conciencia. En ningún otro país de Europa sucede lo mismo. Parece que todos son mucho más civilizados. ¿En qué otro país se habla tanto de este tema?
Por si fuera poco, la gran permisividad de algunos jueces hacen que a los conductores ebrios maten a personas se les evite colgarle la etiqueta de “delincuente” y puedan estar en la calle al día siguiente, ya que el alcohol se considera un eximente de delitos. Sin duda, habría que evitar que personas que ingirieran sustancias tóxicas pudieran estar a las manos de un volante, como le sucedió a Helena Castillo Zapata, muerta hace justamente un año en estas circunstancias. Impensable.
La cifra de muertos la asimilamos con una naturalidad pasmosa que ya nada nos sorprende. Culpa de esto la tienen los medios de comunicación que dan la voz de alarma, aunque inconscientemente y tratan a los fallecidos como un mero número, sin prestar atención a los diferentes aspectos accidentales. Sus noticias sensacionalistas sobre este tipo de sucesos nos llegan hasta las entrañas y nos sobrecogen. Llantos, lloros, dolor y angustia se repite en más ocasiones de las que debería. Yo ya he vivido esta situación y sé lo mal que se pasa. Pero, siempre, en nuestro interior pensamos que “eso nunca me pasará a mí”. En Francia llevan más de catorce años con el carnet por puntos y en la prensa casi nunca aparece como un problema el número de muertos porque han conseguido reducirlo notablemente. Veremos si aquí sucede lo mismo.
José M. Sánchez "Daze"
6 Comments:
La esquela es sobrecogedora, ¿es auténtica?
Las cifras siempre son relativas; no deben valorarse sin conocer otros muchos aspectos como los vehiculos que se movilizan; ¿son más?.¿son menos? Los heridos que fallecen tras varios días ¿se incorporan a las estadísticas?, se contabilizan los accidentes en los cascos urbanos? En fin muchas preguntas. Al final siempre la velocidad, alcohol, infraestructuras..
Todos son elementos que inciden pero el principal problema es el de mentalización cuando tomamos un volante. Si vamos a un parque de atracciones, por ejemplo, cuestionamos la seguridad de los "aparatos", si montamos en un vehículo ¿nos hacemos la mismas conjeturas? Sinceramente considero que no, que nos sentamos al volante y no somos conscientes del peligro, por eso la velocidad es superior, el cinturón no se pone o los intermitentes sólo son objetos decorativos, resulta peligrosa esa costumbre de no avisar de la maniobra.
En fin, como siempre un buen post. Saludos.
By Anónimo, at 4/18/2006 11:40:00 p. m.
Esperemos que todas las medidas tomadas para reducir accidentes sirvan y no tengamos que leer más noticias así.
Un saludo.
By La Luna, at 4/19/2006 12:50:00 a. m.
Esto del aumento de la siniestralidad en carretera es una simple cuestión de probabilidades. A más vehículos, más accidentes... a más desplazamientos, más probabilidades de que se produzcan siniestros de tráfico. En esta Semana Santa han muerto 108 personas en la carretera, tres más que el año pasado,... nos alarmamos porque hemos aumentado la cifra y los medios de comunicación nos han tenido todos los días pendientes de las noticias (con morbo, no digáis que no) para ver cuántas nuevas muertes se contabilizaban, como si esto fuera una competición. Y todos nosotros, como bobos, esperando la fatal cifra y haciendo la ola ante cada nuevo fallecido. La cultura del espectáculo no tiene límites. ¿Y qué hubiera pasado si en lugar de haber tres muertos más hubiera habido tres menos? ¿Nos habríamos alegrado o nos habríamos decepcionado? ¿Habríamos dicho que los mensajes de la DGT han surtido efecto?... ¿Por qué este seguimiento tan rastrero?
Todo esta indignación viene porque durante esta Semana Santa el tratamiento que los medios han dado a este tema me ha dado ASCO (!!!!), y todo con la complicidad de la DGT, que, deliberadamente, ha omitido los datos del aumento de vehículos y de desplazamientos... Si hacemos la cuenta observaremos que, en proporción, los accidentes de tráfico HAN DISMINUIDO. Pero claro, lo que manda es la cifra escandalosa.
Un saludo, y perdón por la parrafada
By Mario Toledo, at 4/19/2006 01:02:00 a. m.
"Todos son elementos que inciden pero el principal problema es el de mentalización cuando tomamos un volante". Llevas razón Júcaro, porque lo que no es normal es que si circulamos por una carretera donde pone bien clarito máximo 80 km/h es por algo, aunque te conozcas la carretera con los ojos cerrados, pero no controlas a los vehículos que vienen de frente. En fin...muchas cosas, sí.
By Jose M. Sánchez "Daze", at 4/19/2006 09:30:00 p. m.
Y bueno siempre es cierto que uno piensa eso "no me va a pasar a mí". En todo caso acá hubo 28 muertos por accidentes de tránsito. La verdad no sé si tienen que ver con el alcohol o imprudencia. Acá en vacaciones lo que fue peor fue la delincuencia. Se llevo 102 personas y además hubo más de 20 ahogados. Uno viene de sus vacaciones y no se imagina que hay tanta tragedia.
By Unknown, at 4/19/2006 09:55:00 p. m.
¿Soy el único conductor que, esta Semana Santa, recordó el anuncio de la DGT y redujo la velocidad? Tenía esperanzas de que las cifras no se incrementaran. Pero la realidad vuelve a salpicarnos de sangre... Al menos, yo debo de reconocer que sí, he frenado, me he calmado, he sido más prudente... he sido prudente y he seguido el mensaje de la DGT correctamente. Tanto es así, que ahora estoy con vosotros, y pronto; de viaje de fin de curso! Saludos, compañeros
By Unknown, at 4/20/2006 01:53:00 a. m.
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