WA356115.000
Este es el supuesto número de cuenta de la sociedad Midway International, que se embolsó, nada más y nada menos, que 153 millones de pesetas del Consell Valenciano por organizar el recital de Julio Iglesias en México. La idea era que el cantante fuera la imagen exterior de la Comunitat Valenciana, un turismo en permanente cambio y que ha pasado por numerosas etapas en los últimos años. Si en el mundo existen prácticamente medio centenar de paraísos fiscales, dos de las sociedades que facturaron a la administración valenciana un total de 533 millones por extras derivados del contrato del interprete de la célebre canción “Soy un truhúan, soy un señor”, tenían mucho que ver con estos lugares: las Islas Vírgenes, Bahamas y las Islas del Canal de Jersey.
A Julio Iglesias le triplicaron el sueldo. ¿Dónde fue a parar ese dinero? Dicho sea de paso, Eduardo Zaplana, actual portavoz del grupo popular en el Congreso, era el presidente de la Comunitat Valenciana por aquellos entonces. Las premisas encajan, vistas las estrechas relaciones entre el dirigente político y el cantante. Pero, ¿por qué sale a relucir esto ahora? Se nota que la campaña electoral para los comicios regionales ya ha dado el pistoletazo de salida, pues de nuevo los socialistas arremeten contra el Partido Popular erigiéndose portavoces de los valencianos.
Este tema no es nuevo, por supuesto. El periodista Francésc Arabí lo sabe, pues fue él quien sacó a relucir esta trama en el periódico en el que trabaja. Pero el diario Levante se hizo eco de esta noticia a finales del año pasado. Es decir, el 2005. Por eso llama la atención que el programa "Aquí hay tomate”, de Tele 5 (claro que saben qué programa es, no mientan) lleva unos días metiendo la mano en este asunto. El problema no es nuevo, pero han encontrado una nueva oportunidad para ser los abanderados de la transparencia política. Han encontrado un nuevo caso de corrupción, y así aparcan un rato la Operación Malaya. La prensa nacional (rosa, en este caso) llega muy tarde. Sólo recoge las migajas que los valencianos ya nos habíamos comido desde hacía casi un año. Un año. El periodista valenciano estará contento que le citen, pero quizá se estremezca de los discursos maniqueístas y simplistas de algunos, después de depositado horas y sudor, e incluso quebraderos de cabeza, para obtener sus informaciones.
Pero viene a colación que los socialistas valencianos Antoni Such y Andrés Perelló acudieron al Instituto Valenciana de Exportación, el IVEX para los amigos, a solicitar esas “facturas falsas”, documentos que se les negó rotunda pero descaradamente. El noticiario rosa de nuevo a las andadas, pero tarde, muy tarde. Aunque, quizá, eso sirva para descubrir las miserias y vergüenzas que esconde el Consell valenciano. Estamos en campaña electoral, por supuesto, amplificar este tipo de noticias a nivel nacional puede dejar entrever una postura más que tendenciosa. ¿Es un tema de prensa rosa? Quizá agravar este problema, jurídico-administrativo, y elevar esta situación a los amarillentos rincones de la prensa rosa desencadene en perjuicio. Se trata de un tema peliagudo y de gran repercusión, que puede verse enturbiado si las informaciones se colorean de rosa, por ello, apaguen la televisión. Y lean.
No se pierdan el I Congreso de Nuevo Periodismo.
José M. Sánchez "Daze"
[SIGUE...]