Sin novedades en el frente
Así comienza el baile de contactos. Veremos cuál es el resultado, pero quizá llegue el momento en el que se acerquen las próximas elecciones y trate de aprovechar la coyuntura para obtener esperados réditos electorales. Será así. No desea que sus apoyos le den la espalda a su mayor proyecto político, pero sin embargo el más arriesgado, el que la sociedad por completo mira con cierta incredulidad e incertidumbre. Ya sólo queda establecer el contacto directo con los terroristas, si es que no lo ha hecho ya. Zapatero no ha sorprendido. El caso es que no ha habido ninguna novedad. Ha medido sus palabras y ha sido una declaración solemne y muy estudiada. No ha querido herir sensibilidades. Eso sí, ha querido acercar posturas y asegurarse que recibe el apoyo del resto de fuerzas políticas.
De hecho, ha encomendado la tarea de trasladarle las consignas y, por supuesto, de informar a las diferentes fuerzas políticas a negociador Alfredo Pérez Rubalcaba, uno de los artífices del proceso de diálogo y quien seguro llevará a cabo el mayor acercamiento con la banda terrorista. Estas rondas de conversaciones han servido para lograr un gran acuerdo de convivencia entre los diferentes grupos políticos, a excepción del Partido Popular que sigue manteniendo un duro pulso. No hay quien le baje en estos momentos del carro y, en parte, quizá hayan elegido una postura, aunque obcecada, muy legítima porque espera a verificar por ellos mismos que el alto el fuego es permanente.
Pero este proyecto ha de buscarse con el mayor consenso posible. Para que este barco llegue a buen puerto, los grupos parlamentarios vascos deben acercar posturas y no desviarse. Las reglas son más que conocidas: voluntad democrática y un amplio acuerdo político que recoja el pluralismo de las fuerzas vascas.
Esta declaración institucional del presidente, porque no deja de ser un mensaje del propio gobierno totalmente teledirigido, tiene una dimensión casi histórica. Si todo sale bien quizá nos acordemos de estas palabras. Los periódicos del día siguiente será todo un referente en el que basarse los próximos años. Zapatero ha tenido palabras para los periodistas. Ha instado a la prensa a que mantengan el optimismo pero, sobre todo, la discreción. Es una situación muy delicada y no podemos informar de forma frívola e insustancial. Pero no podemos evitarlo. Los medios tienen que estar ahí permanente, porque la sociedad quiere conocer, quiere saber, quiere estar al tanto de lo que está haciendo su gobierno porque desean que les garantice el fin de la violencia. Pero que tengan en cuenta que deberán procurar no facilitar exclusivas ni filtar datos a los medios afines. Sería imperdonable.
Para septiembre se celebrará una nueva ronda de contactos en el que el Ministro de Interior realizará un balance de los primeros contactos con ETA que trasladará sucesivamente a los diferentes portavoces parlamentarios. Será una nueva ocasión para escenificar a los medios de comunicación lo buenos que son porque cuentan con todos. Les informan, sí, pero de aquella manera. El PSOE está controlando perfectamente los tiempos, está midiendo sutilmente sus palabras y está consiguiendo la relación perfecta con la prensa.
Zapatero vuelve a reiterar que tenemos “una oportunidad para que se pueda consumar, pero tienen que aceptar las reglas del juego”. Sin embargo, Batasuna continúa sin condenar la violencia. Pero tendrá que llegar el día en que lo haga porque si no seguirán en la ilegalidad si actúan de esta manera. Y, por tanto, aunque la potestad para comenzar el diálogo es del actual gobierno, seguirá siendo difícil de comprender que hablen con los terroristas. ¿Puede alguien hablar con alguien que intenta acallar las palabras con los rifles?
“Lo lograremos con decisión y prudencia, con humildad y discreción y siempre
respetando la memoria de las víctimas”.
La hoja de ruta en la que se establecen las condiciones para iniciar los contactos ha quedado en evidencia hace ya algún tiempo, pues desde entonces se conocía. Pero la sociedad está dividida, aunque confía plenamente en que la violencia llegue a su fin. Es su mayor inquietud en estos momentos. Son momentos difíciles y complicados. La esperanza de la sociedad vasca y la del resto de España velan por este proceso, que requiere del respaldo parlamentario. Tenemos que apostar por un avance y, quizá, estemos en el mejor momento con una ETA debilitada por la acción judicial y policial. Pese a todo, es el gobierno quien tiene la potestad de llevar a cabo este proceso, pero debería contar con el inestimable apoyo del resto de grupos parlamentarios. ¿Lo logrará? Difícil respuesta para hacerlo ahora.